martes, 19 de junio de 2018

Monstruosidad


Las garras se entrelazan, rasgan, se tensan y se relajan.


Los colmillos muerden, exploran, brillan en una sonrisa que eclipsa a la misma oscuridad.


Cientos de ojos examinan con atención, con malicia, juzgan, miden e intimidan.


La monstruosidad se enrosca en la pureza y en la calidez hasta convertirla en un mero guiñapo, en solo una ilusión de lo que era la claridad.


Y en la oscuridad en la que la monstruosidad se enrosca sobre sí misma, con todos sus hijos alimentándose de ella, existe la felicidad, la plenitud.


Los arrepentimientos se extinguen en el despertar del cuerpo y los deseos, y la vida en la superficie, en la normalidad, apenas parece un recuerdo lejano, un sueño que recordamos y no podemos aprehender cuando algún incauto deja que la luz nos deslumbre.

jueves, 14 de junio de 2018

Lapsus


A veces, las lecciones más valiosas toman solo un par de segundos, en ocasiones solo hace falta un rápido y fulminante temblor para recuperar la serenidad, o perderla completamente.
Lo importante de los momentos no es su duración, así como la importancia de las personas radica en las lecciones que nos ofrecen.
A lo largo del tiempo he descubierto muchas ventanas en mi túnel, ventanas que me han permitido ver diversos caminos, diversas existencias… Recuerdo a todos aquellos que pudieron ser grandes amores, que tuvieron que terminar como simples conocidos, como simples curiosos, asomándonos a nuestras mutuas ventanas, intentando atisbar existencias que nunca exploraríamos.
Esos amores momentáneos e intensos siempre han sido lapsus, han sido todos de instante y ninguno de sustancia, cuya necesidad probablemente es creada por mi cotidianidad y mi aburrimiento.
De vez en cuando se vuelve necesario, comunicarme por medio de señas con algún desconocido, abrirle mi alma para que se dé un festín de sangre, para que ambos conozcamos placeres que jamás tendremos, y después irnos, separarnos, tomando los caminos que nuestros destinos dictan, caminos que jamás llegan a cruzarse ni a enlazarse, que solo transcurren paralelos, por un instante fugaz.
Los lapsus de abandono de mi misma son divertidos y altamente satisfactorios, así como también son una necesidad de cada cierto tiempo, son el medio para decirlo todo, soltarlo todo y olvidarme toda.
Pero, al fin y al cabo, son lapsus, periodos en los que los impulsos superan todo intento de razonabilidad, en los que el placer y el deseo enmudecen a los quereres reales, periodos tan destructivos y tan desconcertantes que están hechos para la fugacidad, para la muerte rápida.
Y sin importar su intensidad, sin importar el placer que me brinden, al final ningún lapsus es significativo, ningún lapsus está llamado a convertirse en usual, porque son un resbalón, la forma que tiene mi mente de trastabillar, para parar un momento y recargar energías para seguir en el camino pensado, en el camino delimitado y preparado.
Como siempre, soy el mar, y aunque soy irracionalidad, impulso y pulsión, siempre llega el momento de abandonar el viaje, de huir del naufragio y regresar a las costas de la soledad, con el suave mecer de las olas y la hermosa seguridad de la playa.

lunes, 11 de junio de 2018

Entrega

Me invade el deseo de la entrega absoluta, de la ofrenda y la sumisión, sin impedimento ni pasado, deseo sentir lo que es abandonarme totalmente a alguien.

Quiero entregarme a usted, que más que hombre, es idea. Deseo ser suya de forma absoluta, pertenecerle y obedecerlo.

Tómeme.

Quiero acercarme al Thanos y al Eros al mismo tiempo, tomada de su mano. Quiero disfrutar del abandono que solo se consigue a través de la fragilidad, de la fugacidad, sin promesas, mi aquellas mentiras de permanencia.

Quiero pertenecer, sin siempres, entregarme, sin condición, embriagarme de instantes, poseida, extasiada y estremecida... Servir y obedecer, siempre antes del amanecer.

Pavimento mi camino al infierno, sin dudar, sin temblar, sin mirar atrás.

Porque siempre he sido más suya que de otro, porque siempre Lucifer ha visto a través de todas las máscaras y las fachadas construidas arduamente.

Porque el demonio sabe nadar, y por eso entiende mi deseo de ahogarme, el conoce de deseo y de naturaleza, por eso no se asusta con la sordidez que llevo dentro.

Dios nunca aprendió a nadar, ni a comer, ni a beber, el no sabe de lujuria ni de pecado, no sabe de vorágines ni decadencia... Diablo, en cambio, es nuestro maestro, y el camino hacia él, el camino que recorro, está franqueado por maravillas y tentaciones.

Tómeme, Lucifer, me ofrezco humildemente, totalmente, con nada más que mi propia entrega.

miércoles, 6 de junio de 2018

Convencimiento


Resultado de imagen para hipnosis reloj

Si reprimes los gritos de tu naturaleza podrás seguir, repite los mantras “Soy una mujer buena”, “Soy una mujer fiel”, “Soy una mujer leal”, “Soy pacífica”, “Soy creyente”, “Soy feliz”.

Repite las mentiras hasta creértelas, repite los mantras, tantas veces como sea necesario, para hacerlo realidad, para cubrir la verdad y ocultarla de todos, incluso de ti.

Repite los mantras, corre y huye, ve a un puerto seguro que realmente no deseas, aléjate del caos y la vorágine, ignora tu instinto y tu sexualidad que te llevan a la satisfacción profunda, animal y violenta.

Conténtate con tus mantras, conténtate con la vida tranquila y estable, con el futuro fácil de proyectar. No desees nada más, porque cualquier deseo diferente a esos te conducirán a la perdición y dañarán a aquel al que amas.

(Escrito el 9 de mayo de 2018)

De la insatisfacción


Lo que realmente me asusta de la claridad es la ausencia de incertidumbre, todo se ve tan bien que no existen espacios oscuros en los cuales perderse, el futuro se ve a lo lejos claramente formado y no se ven bifurcaciones, no se ven trampas ni obstáculos.
No digo que la tranquilidad y la estabilidad sean malas, no creo que sea así, pues he pasado toda mi vida anhelándolas continuamente, sin embargo, al alcanzarlas su presencia parece insulsa, toda su profundidad desaparece con tanta luz y al final, he terminado teniendo aspiraciones de bucear en un charco.
Ahora me asusta no estar perdida y cuando soy fugitiva me asusta no encontrar la seguridad, nunca dije que nada en mi forma de existencia tuviera lógica, lo que tiene es insatisfacción compulsiva y profundos deseos fugaces, con quereres confusos… Es cierto lo que dicen, las mujeres peces somos un caos.
Resultado de imagen para luz al final del tunel

(Escrito el 6 de abril de 2018)
Tal vez siempre seré el monstruo que vive en la oscuridad

Lluvia


Resultado de imagen para PAREJA TRISTE LLOVIENDOHoy estaba lloviendo, lo más esperado, teniendo en cuenta que en la proyección del clima para abril no hay un día sin agua cayendo del cielo, pero como no creo en las proyecciones ni en la adivinación, resulte sin sombrilla, evitando la lluvia debajo del zócalo de una de esas casas tan usuales cerca al centro.
Allí vi a un hombre llorando, con una mujer al lado gritándole que la entendiera, que ella no quería estar con nadie.
No pude evitar preguntarme qué tan follada estará por ese tal nadie en algunos días, me pregunté por qué su verga resultará mejor que la que el hombre que lloraba desconsoladamente a su lado.
Me vi reflejada, en esa chica que hablaba tan segura con mentira en sus ojos, muchas veces fui ella, muchas veces dejé la desolación detrás de mí para meterme en la cama de nadie.
Tal vez la mujer realmente necesita estar sola, tal vez no mentía, pero mis sospechas son un reflejo de mi propia decrepitud moral.



(Escrito el 5 de abril de 2018)