viernes, 17 de octubre de 2014

Ellos

Ellos eran complicados. Él la atraía y la repelía con la fuerza que exudaba, la misma que uso para conquistarla inadvertidamente. Ella lo deseaba, con fiereza y con ternura, deseaba envolverlo en su carne y hacer que se quedara junto a ella para siempre.

Ella decidió quererlo, sin ninguna condición, por la satisfacción que le daba refugiarse en la magia que él inspiraba en su interior. El decidió recibir su cariño, disfrutarlo y recordarlo.

Pero había algo que ella había olvidado, y era la exigencia y la impaciencia que hacia parte de su personalidad, al mismo tiempo que él olvidó la importancia de los sentimientos bonitos, y la estabilidad ofrecida.

Lo recordaron.

Ellos se quieren, pero se quieren en mundos distintos… Ella quiere en el mundo en el que los fuegos arden con intensidad, tanto que pueden incinerarlo todo a su paso, si se les proporciona leña para ello; él quiere en un mundo muy diferente, un mundo en el que la estabilidad lo es todo, en el que esperar es una opción aceptable, y no desesperante, en el que el tiempo no es nada y el arder del fuego puede ser controlado.


Él quiere estar seguro, ella desea ser querida, deberían estar juntos… Es una lástima que no se encontraran en el mismo mundo.