domingo, 23 de enero de 2011

Icaro

Antes solía ser como soy, y después fui como era…

Pero ahora, ahora soy como debí haber sido hace miles de años, ¿Qué es esta fuerza? ¿Qué es este frio salvajismo, que no es un incendio sino un relámpago?... Deseo, deseo el poder mediante la sangre y lo carnal… Pero no debo, lo prometí; sinceramente, no debiste haber aparecido de nuevo en mi vida.

Estoy volando, volando con mis alas de albatros, ¿estas pueden derretirse si me acerco al sol?... Y aunque le temo a la caída sin mis alas, no puedo ver ni sentir el sol. Ha caído la noche en nuestro mundo, y el amanecer es cosa del pasado.

¿Se quemaran mis alas aun sin fuego?... Sé que el hielo puede quemar y destruir… ¿Es este entonces mi fin? ¿Este frio invierno? No será la traición de la pólvora y el fuego, es el frio y el hielo que calan mi interior… ¿Pereceré entonces así, y mi muerte quedara congelada, para que todos vean mi cuerpo muerto, y mi rostro de Medusa?... La verdad parece una muerte muy atractiva.

Aunque siempre ha estado en mí el conocimiento de que seré sacrificada.

Por ahora solo sé que estoy cansada, mis parpados pesan… En este momento solo quiero dejar de morir…

lunes, 17 de enero de 2011

El Ultimo Beso

-No lo hagas, por favor…

Ignoro su suplica y hundió mas la daga en su corazón… Sintió su mano llenarse de sangre, sangre caliente y espesa… Estaba tan cerca de ella que podía ver el pánico y el dolor en sus pupilas, enterró aun más el arma y un último gemido junto a una bocanada de sangre escaparon de aquellos apetecibles labios. Y él, llevado por un impulso súbito, la beso, sintiendo como en medio del beso ella agonizaba convirtiéndose en un simple cadáver.


Al sentir que la vida se había escapado de ella, desenterró su daga, permitiendo que el cuerpo cayera al piso. Se relamió la sangre que había quedado en la comisura de sus labios por aquel beso letal y miro al suelo… Estaba desnuda, y la herida en su vientre ya no sangraba, y sin embargo ella se veía casi viva, tuvo miedo de que en un momento abriera sus ojos y lo mirara.
Tenía miedo de su mirada, sus ojos le acobardaban, pues en los últimos instantes solo había visto reproche en ellos, era como si le gritaran…

-Me traicionaste, eras mi hermano, y mi amigo… ¿Qué te hice?...

Sonrió siniestramente, era cierto, había sido su hermano, y su amigo, pero nunca su amante, nunca su confidente, y él lo había aguantado, en nombre de su obsesión lo había aguantado… Pero la locura pudo más en él y en un momento casi ritual la había asesinado, logrando así su más precioso deseo, probar sus labios… Y su sangre.

martes, 4 de enero de 2011

Sueño




Grita, grita y nadie la escucha, de nuevo un sueño la ha perturbado, de nuevo en sombras aquel guerrero (El Hereje) ha aparecido, vio como poco a poco los tirones de carne cayeron del rostro que tanto había amado, y al caer la ultima fibra ante sus ojos apareció una calavera de palidez azulada, en su boca vio aquella lengua de plata siendo consumida por grotescos gusanos.

Quiso huir, quiso correr lejos de aquel monstruo al que había prometido amar siempre, pero unos dedos fuertes y casi podridos la agarraron del brazo y aun mas que la fuerza la petrifico un temor gélido, un horror que había destruido y mutado toda su felicidad pasada.

Intento desasirse de aquel agarre de miedo para internarse en la neblina que los rodeaba, pero ni un solo ligamento cedió a la presión, miro de nuevo aquella calavera, aquel recuerdo monstruoso de lo que ella había adorado; las cuencas estaban vacías y sin embargo en esa oscuridad interior sintió como un ente innombrable la observaba, sintió como era escrutada, como sus miedos se abrían como un libro ante aquella parte de él que ella siempre había odiado, que siempre había pretendido ignorar.

Inevitablemente se encogió por el miedo, observo como aquel vestigio del más maravilloso recuerdo sonreía macabramente al ver su terror, nunca había estado tan asustada; porque sabía que él, más que lastimar su cuerpo destruiría su alma, podía extinguir su voluntad y su orgullo, podía reducirla a la nada absoluta, y convertirla en una grotesca imitación de lo que ahora era… El color enfermizo del cráneo de su amante la asqueaba, y a la vez la fascinaba hasta el límite de la locura aquel mudo espanto que el emanaba.

De repente sintió como el agarre se iba haciendo más fuerte, y con pánico noto que los cadavéricos dedos se abrían pasó hasta su hueso a través de la piel que lo cubría, haciendo brotar la sangre… Sintió el dolor perforando su mente, y chillo, como un animal herido viendo que con eso solo había logrado que su verdugo esbozara una sonrisa tétrica.

Y paradójicamente, en esa sonrisa bárbara y sedienta de sangre ella reconoció al amor de su alma, y eliminando todo el dolor y el miedo se inclino hacia el y lo beso, sintió la superficie dura y seca de sus dientes y luego la musgosa lengua bífida en contacto con la suya, en un contacto antinatural y asqueroso, que a ella le pareció una mirada hacia el pasado feliz que había vivido junto a su amado.

Y al separarse de él; y al verlo directamente a sus cuencas vacías, despertó…

Sabiendo que lo que había sucedido era mucho más que un simple sueño.

Castigo




Abre sus espantados ojos, y siente como el líquido caliente que es su sangre se abre paso a través de su garganta, involuntariamente gira su cabeza hacia el suelo y empieza a escupir.

Al ver a su alrededor se da cuenta de que esta en el mismo lugar que visito tantas veces, la cripta en la que su secta realizaba los sagrados rituales se cernía sobre ella.

El pánico se apodero de ella, estaba atrapada en aquel lugar, sabía que no se abriría hasta el siguiente derramar de sangre y tenía la certeza de que moriría mucho antes de que ese momento llegara nuevamente, glorioso y mórbido.

“En el frio y la humedad
Mi alma ve por fin con claridad,
Tras espejos de victorias muertas
Se refleja nuestro amargo final”