lunes, 23 de julio de 2018

Bésame

Bésame,
hasta que la sangre se agolpe en los labios,
hasta que el aire se haga escaso,
y el espacio entre nuestros cuerpos sea inexistente.

Bésame, con fruición, con pasión, con deleite.
Saboréame, muérdeme, penétrame.
Contamíname de ansia, de ideal,
lléname de tal forma que en mi cuerpo no quede espacio para nada más, nunca más.

Llévame, a lo más alto del clímax.
Arrástrame en la humillación, en el dolor.
Y después redímeme, con tus caricias, con tus besos,
con la suavidad de las manos que endureciste en la tortura.

Rómpeme, destrózame, déjame sollozando,
no importa, nada importa.
Pues soy tuya de forma infinita,
te pertenezco de forma absoluta.
Sé que con suavidad recogerás mis pedazos y volverás a armarme,
para después destruirme de nuevo, tantas veces como quieras.

Tómame, solo tómame, como soy.
Una sumisa sedienta por tu placer.


(Escrito el 26 de junio de 2018, y sigue siendo tan cierto ahora como entonces)

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