Allí vi a un hombre llorando, con una mujer al lado
gritándole que la entendiera, que ella no quería estar con nadie.
No pude evitar preguntarme qué tan follada estará por ese
tal nadie en algunos días, me pregunté por qué su verga resultará mejor que la que
el hombre que lloraba desconsoladamente a su lado.
Me vi reflejada, en esa chica que hablaba tan segura con
mentira en sus ojos, muchas veces fui ella, muchas veces dejé la desolación
detrás de mí para meterme en la cama de nadie.
Tal vez la mujer realmente necesita estar sola, tal vez no
mentía, pero mis sospechas son un reflejo de mi propia decrepitud moral.
(Escrito el 5 de abril de 2018)
Toda proyección es una reflexión: «Es irónico como al final no se trataba de que no creyeras en mi amor, sino de que no creías en el tuyo.», me preguntó cual Tiresias.
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