miércoles, 14 de febrero de 2024

Quisiera aceptar

Quisiera que en este mundo fuera admisible dejar correr los caballos de la esperanza sin ninguna traba, en las llanuras libres del corazón.

Quisiera sentir el canto del vientre fecundado, con la única canción que puede cantar, con la única canción que admitiría escuchar.

Quisiera que la evolución estuviera siempre presente, que nunca nos diera miedo releer la palabra escrita.

Quisiera no saltar a la desolación como primera respuesta ante un sentir desagradable.

Quisiera, que el camino de la oscuridad se abra ante mi, y me permita guiarme con una de Sus antorchas 

Quisiera sentir tus manos, por ser tuyas, y no por hacer parte de un deseo largamente pospuesto.

Quisiera recordar siempre, cada día y en cada momento, mi propia y reconfortante insignificancia.

Quisiera ser pájaro, volar hasta ti y construir un nido en tu ventana.

Quisiera ser aire, o agua, o asfalto, o enfermedad. Tocarte, con certeza.

Quisiera que el amor fuera un ejercicio de imaginación y de pasión, y no uno de resistencia y resignación.

Quisiera acudir a tu cama sin ser vista, darte un beso y regalarte el recuerdo de mi aroma flotando sobre ti.

Quisiera ser palabra muda, quisiera ser el canto de la brisa, o el susurro del arroyo. Quisiera ser las cinco de la mañana, y sentir en mi la música del mundo despertando.

Quisiera la soledad sin lejanía, y la amistad sin cercanía.

Quisiera habitar en la suavidad del gato durmiendo en la ventana.


Quisiera, quisiera, quisiera... Y nada trae tanta desgracia como querer lo que no es.

La realidad es, sin importar como quiero que sea. La realidad es, y la acepto.


Yo soy.

Nada pido, solo soy.

Nada quiero, solo estoy.


Como es arriba, es abajo.

Como me abro a la vida, me abro a la muerte.

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