Y entonces la esperanza asoma de nuevo su ingenuo rostro.
¡Mátala! ¡Estrangúlala!
¡Sofócala! ¡Elimínala!
Este mundo no es de las esperanzas infantiles.
y de los corazones adolescentes.
No anheles el cumplimiento de las historias de amor.
Anhela la seguridad, el capital, la cercanía.
nadie ofrenda ya en las encrucijadas.
Nadie anhela el roce de la piel nunca besada,
O el llanto de bebés que nunca existieron.
Cásate con la mente, y jamás con el corazón.
No ames, no desees, no sueñes. No confíes.
Deja que el cinismo llene hasta la ultima fisura del ser esperanzado.
Exhíbelo en el jardín de la comodidad,
como monumento a las especies perdidas,
A los sentimientos irreconocibles.
La firmeza no existe alrededor de las opciones infinitas,
Los deseos fijos del corazón no son del amor líquido,
Y confunden su filosofía ácida.
No hay confirmación más satisfactoria que la del cinismo.
No esperes, no saltes. No quedan ternuras en las que caer.
De una pesadilla febril a otra.
Adopta una forma diferente en cada sueño.
Consagra tu cuerpo a la imposibilidad.
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