lunes, 4 de julio de 2011
Enemistad...
Hoy pensé en ti, mi anhelado enemigo…
Mi mundo está agonizando, la devastación es demasiado irrefrenable, demasiado irreversible… Y ahora, como lo he sido durante los últimos tiempos, soy una turista, a veces lo olvido y finjo que me encuentro en mi hogar… Pero este no es mi hogar, ni mi familia… En ocasiones llega a mí la certeza de que esta no es mi esencia…
¿Quién soy? Tú lo sabes, yo también… Pero mi vida esta cambiada, y tus labios están sellados… ¿Acaso pueden tus oídos carcomidos por los gusanos escuchar mi grito?... ¿Acaso pueden tus ojos ciegos ver mi desesperación?…
Mi querido enemigo, llévame lejos… ¿Dónde estás? ¿En donde habitas?... Quiero estar allí, quiero estar protegida de todo lo malo… Quizás, paradójicamente, lo lograre habitando con la maldad… Temeré cada noche tus pasos cadenciosos, temeré tu mirada fría y tu espíritu sediento de sangre.
Protegeré mi cuello y mi espalda… No me saltes encima enemigo… No me mates, no me tortures… Yo te extraño, te extraño demasiado…
Querido, no me hagas daño…. Mi enemigo, ¿acaso has olvidado nuestra antigua amistad?...
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