-No lo hagas, por favor…
Ignoro su suplica y hundió mas la daga en su corazón… Sintió su mano llenarse de sangre, sangre caliente y espesa… Estaba tan cerca de ella que podía ver el pánico y el dolor en sus pupilas, enterró aun más el arma y un último gemido junto a una bocanada de sangre escaparon de aquellos apetecibles labios. Y él, llevado por un impulso súbito, la beso, sintiendo como en medio del beso ella agonizaba convirtiéndose en un simple cadáver.
Al sentir que la vida se había escapado de ella, desenterró su daga, permitiendo que el cuerpo cayera al piso. Se relamió la sangre que había quedado en la comisura de sus labios por aquel beso letal y miro al suelo… Estaba desnuda, y la herida en su vientre ya no sangraba, y sin embargo ella se veía casi viva, tuvo miedo de que en un momento abriera sus ojos y lo mirara.
Tenía miedo de su mirada, sus ojos le acobardaban, pues en los últimos instantes solo había visto reproche en ellos, era como si le gritaran…
-Me traicionaste, eras mi hermano, y mi amigo… ¿Qué te hice?...
Sonrió siniestramente, era cierto, había sido su hermano, y su amigo, pero nunca su amante, nunca su confidente, y él lo había aguantado, en nombre de su obsesión lo había aguantado… Pero la locura pudo más en él y en un momento casi ritual la había asesinado, logrando así su más precioso deseo, probar sus labios… Y su sangre.
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